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Terapia de pareja en Barcelona

Las relaciones de pareja, en nuestra cultura, pasan por tres fases. Una primera fase de enamoramiento, una segunda de noviazgo y una tercera de compromiso y convivencia.
 

La fase de enamoramiento se caracteriza por un fuerte sentimiento de atracción hacia la otra persona (bien por la búsqueda de similitudes, bien por la búsqueda de lo antagonistaa uno mismo), por un proceso de idealización del otro y por una actitud de compromiso que promueve la unión, la entrega, etc.
 

El enamoramiento se produce a tres niveles: el cognitivo, el fisiológico y el biológico.
 

A nivel cognitivo nuestra percepción se puede ver alterada, nuestra sensibilidad se puede ver exacerbada y podemos experimentar constantes pensamientos que pueden llegar a acanzar cierto matiz obsesivo. A nivel fisiológico pueden aparecer taquicardias o papitaciones ante la presencia de la otra persona, incremento del ritmo respiratorio e incluso pérdida de apetito y de peso. A nivel biológico se secretan sustancias que son responsables de la euforia y el encantamiento típicos de esta fase y que promueven la sensación de paz y relajación.
 

No debemos confundir el enamoramiento con el amor, pues el primero disminuye. Si basamos nuestra relación de pareja en el enamoramiento, cuando éste disminuya, tenderemos a pensar que el amor se ha terminado, y pondremos fin a la relación, para volver a encontrar eso de nuevo. El amor es relación, interacción, intercambio. Hay muchas definiciones de amor,y maneras de entender el amor, pero nosotros nos vamos a quedar la de proceso de desarrollo, que tiene un componente conductual (dar y recibir amor), un componente cognitivo (ver lo positivo y lo negativo, y perdonar) y un componente emocional (la intimidad).
 

En la fase de noviazgo se da un proceso de intercambio de conductas gratificantes, el tiempo que compartimos es en su mayoía de ocio y afectividad, las actividades que realizamos se pactan y negocian sin dificultad, se preserva la independencia y la privacidad (pues todavía viven separados), hay poca probabilidad de intercambio aversivo (pues no es necesario tomar decisiones importantes ni compartir grandes responsabilidades), se realizan actividades novedosas (nuestra atención se incrementa), el conocimiento del otro se da en un contexto positivo. Todas estas características marcarán las expectativas de nuestra relación de pareja futura.

Este estado lleva a muchas parejas a iniciar la convivencia.
 

En la fase de convivencia se dan una serie de cambios que conllevan ciertas pérdidas. Aparece, con el tiempo, nueva información sobre el compañero, que puede provocar cierto desengaño o decepción, sobre todo si comparamos esta nueva imagen con la imagen idealizada que nos habiamos formado al inicio de la relación. Además, las actividades gratificantes van disminuyendo debido a la monotonía, la rutina diaria, las obigaciones, etc. La novedad deja de ser uno de los componentes de la relación. El enamoramiento disminuye, siendo importante aquí el concepto que cada uno tenga sobre el amor y sobre la relación de pareja. Por supuesto, no todo son pérdidas, también hay otros ganancias como el sentimiento de compañía, sentirnos comprendidos y comprender al otro, la satisfacción sexual y reproductiva, la identidad social o sentir que formamos parte de un proyecto común.

Para afrontar esta nueva realidad se requiere una actitud positiva, activa y responsable.
 

Los miembros de una pareja satisfactoria se sienten parte de un equipo que lucha coordinadamente para conseguir su proyecto de pareja.
 

Frecuentemente, la insatisfacción en la pareja se da por el escaso intercambio de conductas agradables, factores estresantes del día a día, expectativas excesivas, lo que hace que en muchas ocasiones la pareja pase a interactuar a través de críticas, coerciones, ataques, mal humor, riñas, etc.
 

Algunos de los errores más comunes en la relación de pareja son: evitar el conflicto, intentar solucionar los problemas tratando de que sea el otro el que cambie o buscar refugio o consuelo en terceras personas o en actividades externas.

La relación mejorará cuando la pareja aprenda a interactuar de forma más positiva y constructiva, a través del aprendizaje de ciertas habilidades.
 

La principal meta de la terapia consistirá en que la pareja aprenda e intoriorice nuevas habilidades para que éstas se conviertan en un hábito de interacción entre ellos.
 

Para ello, la pareja deberá trabajar fuera de la sesión a través de una serie de tareas.

Las principales habilidades que la pareja debe aprender son valorar positivamente las acciones y expresiones en una relación (incrementando así la reciprocidad), incrementar el número y calidad de las conductas que agradan a la pareja, ser más competentes en la comunicación y aprender a negociar y a tomar decisiones de forma conjunta. 
 

¿Quiénes deberían plantearse una terapia de pareja?

Aquellas parejas que tengan desavenencias conyugales, aquellas que presenten dificutades en la comunicación, aquellas que utilicen habitualmente aversiones o coacciones para conseguir aquello que quieren, parejas que estén a punto o bien tramitando la separación, aquellas que estén insatisfechas con su relación o aquellas que deseen formar pareja y quieran prevenir posibles problemas en la relación.
 

En el Gabinete de Psicología Clínica BPB contamos con técnicas específicas y eficaces para incrementar la reciprocidad, para trabajar las dificultades en la comunicación, para el entrenamiento en habilidades para la solución de problemas y la negociación, técnicas cognitivas, etc. para llevar a cabo una buena terapia de pareja.
 

Seleccionamos las técnicas más adecuadas para cada pareja a partir de los aspectos detectados en la evaluación.

La terapia de pareja se centra en el presente y en trabajar hacia el futuro.
 

Hay veces en que los miembros de la pareja deciden que ha llegado el momento de finalizar la relación. En estos casos, se ayudará a llevar a cabo la ruptura de una forma adaptativa y se trabajarán estrategias para adaptarse a la nueva situación.

También estamos preparados para intervenir en ciertas situaciones especiales como pueden ser situaciones de crisis, deira y violencia, de infideidad o cuando un miembro quiere terminar y el otro no.

Si estás interesado en iniciar una terapia de pareja, puedes rellenar el formulario o llamar al teléfono de contacto que figuran en la web.

Dónde estamos

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